22 nov 2011

Carajo.

Al carajo, todos decimos groserías.


No me vengas con la huevonada de que hay que ser educado y respetuoso cuando los dos sabemos que le tienes asco a alguien. Ademas, coño, suena tan liberante y sabroso decir una grosería cuando la ocasión se presta para. Todos decimos una que otra, así que no que porque tener miedo. Nuestro lenguaje es tan rico y grosero que da hasta orgullo de no conocerlo. Solo hay que saber los usos correctos de cada una de esas palabras que son caracterizan como venezolanos.
Di groserías y si no les gusta a tus superiores, que se jodan.

No sabemos.

Somos figuras no definidas para nuestros sentimientos.
Sabemos quienes seremos pero no sabemos si queremos serlos.
Perdemos el tiempo esperando por el otro.
Te veo como el ciego mira al sordo.
Pensamos en que si de verdad existimos o solo somos pensamientos no definidos.
Vivir para ser reconocido por logros de otros y morir para ser recordado por lo que no fuiste.
El amor sufre de una caída libre, por salir de la caja de emociones y aventurarse a no demostrar ninguna.
  Los suspiros tienen olor a besos, las lagrimas sabor a abrazos y el paracaidas con huecos, no puede hacer que se detenga. Solo un silbido ocultando unas palabras.
Se levanta de un gran sueño que le cambiaría la vida, un giro diferente a la rutina. Abre ojos que hacian de cortinas a la brillante luz que su madre prendio para que se despertará, se lava su cara pálida y empieza a analizar el gran sueño. En el sueño, miles de soldados de plomo gritaban su nombre mientras lo acozaban hacia un abismo, cada soldado tenia una palabra grabada en su frente. Él recordó pocas palabras, no tenian ninguna semejanza o sentido pero se grabaron en su memoria como firmes huellas sobre arena fria. El sueño siguió su curzo: mientras caia por el abismo se podia ver una hermosa silueta de una mujer, que poco a poco se transformaba en una señora gorda y vieja que susurraba en su gran oído: No tienes porque temer, ya te vas a despertar.


Él siguió pensando en el sueño, pero ya era hora de ir al colegio.

16 nov 2011

El Himno De Los Perdedores.

Por todos esos perdedores que intentaron ser anarquistas pero su mama no los dejo, y por los que se comen los mocos al frente de la persona que les gusta. ¡No sean ganadores!

Somos la generación de las ganadores perdiendo. 
Los que se comen el cereal con una cuchara pequeña y no se quejan.
Los que estudian y luchan por una buena nota pero la profesora los odia. 
Los que nunca salimos con amigos sino con conocidos.
Somos los que avisan que el baño se quedo sin papel.
A los que miran feo, los que se huelen sus peos.
Somos los que cuando tienen frio no queremos un abrazo, deseamos un maldito sueter y un chocolate caliente. 
Los que toman riesgos por aburrimiento.
Somos los que confunden los dias de la semana.
Los que queremos escuchar la nueva banda.
Somos los que creamos drama porque la hamburguesa vino con vegetales y no les queda salsa de tomate.
Nos quedamos tranquilos si nos dicen que para mañana no hay examen ni tarea por hacer. 
Solo buscamos a Waldo en donde ya lo encontraron. 
Caminamos en puntillas para luego tropezarnos.
Somos a los que llaman compañía cuando le hablan a otro.
Nuestra palabra favorita es coño. 
Somos los que perseguimos la cola de los perros.
Los leales a los amigos enfermos.
Somos los que piensan y nunca hablan. 
Los que escuchan y nunca reclaman. 
Somos los ganadores perdiendo y obviamente sabemos el significado de la palabra pendejo.