El sonido de sus tacones mientras caminas hacia mi. 
Los pequeños huecos en su espalda baja. 
                                                         Sus ojos marrones con sueño. El espacio entre tus piernas.  

                                  Pelo suelto, pelo con sueño. 

Silencios buscados. 

Huesos de la cadera contra un short. 

Manos delicadas. 

     No gano nada robando besos de extraños. Me da miedo ser romántico. Me gustan las ideas estúpidas. Nunca tengo tantas ganas. Pierdo el tiempo intentando recuperándolo. 

Tengo que hacerle un hueco personalizado a mi correa. Canto feo apropósito para que no me digan que canto feo. Mis reflejos son buenos cuando deben ser malos. Me gustan las largas conversaciones sin sentido. Mis amigos son mis amigos porque me hacen sentir cómodo. Pregunto lo que ya fue respondido. Los ojos entre cerrados y el resto enamorados. Quiero ganarme tu confianza con trampa. Me corto con papel toilet.  

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                     Nadaremos hasta la nebula menor

perderemos el olfato y la audicion

      Nuestras cabezas pesan y le rogamos a dios

                              Que no séamos los elegidos porque su culo

Asi podremos rodar y rodar a las lunas del sol

     Perdemos el tacto y todo se aburrió 

                     Sin amor no hay pasión y sin ron no hay ningún cabron 

           Rayaremos paredes en honor de nuestro dios

El imaginiro genio que solo le cago 

                                                      Seremos héroes del mundo 

Y se acabo.

El sonido de sus tacones mientras camina hacia mi sobre el compás del temblor. Los pequeños cráteres en su espalda baja.
No puedo dejar de ver su ojos marrones que lentamente se entre cierran, su iris como montañas rocosas.
El puente que forman viejos pantalones sobre sus caderas.
Su risa rara, su sonrisa, yo solo la quería. Mis palabras se pierden en el laberinto de su oído mientras se aleja.
Dejame buscar un lunar perdido en tu cuerpo, dije.
Sus estornudos como tormentas en mi país. Serás mi novia, lo sé.
Tantos nombres que olvide, tantas conversaciones que recordaré.

Te conoceré porque entrare al bano de mujeres por error y cuando me asome por debajo del cubiculo, vere tus desnudos pies y nacerá mi nuevo fetiche. Así será nuestra historia de amor.

Sigamos jugando con carritos y comiendo mocos por siempre.

             Prefiero vivir la vida de un ignorante, siendo un alegre estúpido.
Todo seria mejor sin preocupaciones,
solo escuchando cálidos arrullos mientras mi cabeza cae frente una sonrisa.
                                      Piensa en todo lo que te importa, en todo lo que soportas.
Tiralo por la ventana y descansa, muñeca.

Carajo.

Al carajo, todos decimos groserías.


No me vengas con la huevonada de que hay que ser educado y respetuoso cuando los dos sabemos que le tienes asco a alguien. Ademas, coño, suena tan liberante y sabroso decir una grosería cuando la ocasión se presta para. Todos decimos una que otra, así que no que porque tener miedo. Nuestro lenguaje es tan rico y grosero que da hasta orgullo de no conocerlo. Solo hay que saber los usos correctos de cada una de esas palabras que son caracterizan como venezolanos.
Di groserías y si no les gusta a tus superiores, que se jodan.