El sonido de sus tacones mientras camina hacia mi sobre el compás del temblor. Los pequeños cráteres en su espalda baja.
No puedo dejar de ver su ojos marrones que lentamente se entre cierran, su iris como montañas rocosas.
El puente que forman viejos pantalones sobre sus caderas.
Su risa rara, su sonrisa, yo solo la quería. Mis palabras se pierden en el laberinto de su oído mientras se aleja.
Dejame buscar un lunar perdido en tu cuerpo, dije.
Sus estornudos como tormentas en mi país. Serás mi novia, lo sé.
Tantos nombres que olvide, tantas conversaciones que recordaré.
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